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Kat Von D |
Vamos a ver Kat Von D, como diría Matías Prats: ¡Pero esto que es!, ¿No se supone que en un programa sobre tatuajes debería de haber tatuajes? A mí me vendieron una moto mejor, que corría y no se desgastaba como las demás, y es que mientras ayer visualizaba el programa L.A. Ink me di cuenta de que me habían vuelto a cambiar gato por liebre, tragándome boquiabierto la pastelada que duraba 55 minutos eternos, no como en los programas de antes en los que podía ver más contenido de tattoos. Ah sí, cómo no, era el programa de las 19:45h y lo volverán a emitir el sábado a las 11:05h, aunque posiblemente lo puedan volver a ver el domingo, el lunes, el martes…algunos programas son inmortales y perduran en el tiempo, raspando el “borderline” del aguante, apurando al límite. Entre la nueva compañera de piso de Kat trabajando en Wonderland, que si viajecito para aquí y viajecito para allá, que si promueve su sombra de ojos en el “cool” New York, que si ahora me enfado y lloro…Aquí huele a azufre señores, y por la puerta ha entrado un señor con cuernos y tridente agarrado del brazo de un señor, un tal Murphy, que me decía: Era de esperar, sólo era cuestión de tiempo, cuando menos te lo esperas. Al ser contenidos similares entre los programas, mi sincera opinión apunta a que se han visto obligados a abrir otro camino que les puede salir más rentable y eficaz.
Al parecer ha cogido bastante fama y aprecio como su programa predecesor, en el que actuaban los mismos personajes, llamado Miami Ink, todo un reto personal en cuanto a la originalidad del título del programa actual, un éxtasis creativo. En aquellos programas de antaño de Miami Ink se podía apreciar de una manera más detallada el momento en el que los demandantes se hacían tatuajes, viendo el resultado de las obras de arte que se realizaban. Ahora estos momentos duran escasos minutos, lo justo para que sin querer te los pierdas, por lo que se ha perdido calidad en el contenido del programa, tirando de una cuerda que sólo conduce a la asiduidad programática basada en un simple y ya visto contenido, el corazón o la salsa rosa televisiva, todo un L.A. ‘P’Ink. El programa ya fue cancelado en una ocasión a finales del 2011 en el canal americano TLC, propiedad de Discovery Communications, llegando a tener en el capítulo de apertura una audiencia de más de 2,8 millones de personas, por lo que al parecer Unidad Editorial y Discovery han vuelto a jugar a las cartas con Discovery Max. De momento no les ha ido mal, dado que cerrando febrero obtenía el mejor resultado de un canal de TDT en su segundo mes de vida, un share del 1,2 %, todo gracias a programas como el que acabamos de ver. A pesar de esto deberá de andar con pies de plomo debido a que el Gobierno está considerando en recortar los canales de TDT, unos recortes que tienen justificación en que hay unas 20 cadenas con un share por debajo del 2 %, siendo según ellos un exceso de canales.