Cuánto podemos llegar a odiar la publicidad. Esos cortes bruscos en el momento más interesante de la película o ese "nos vamos a publicidad", que se repite varias veces en un programa. Con el bautizo de Umberto Eco del modelo de la "neotelevisión" hemos pasado de ser público a convertirnos en audiencia y esto, queramos o no, nos otorga un peso comercial inmenso. Sí, representamos el objetivo de una oferta programática pero también somos consumidores en potencia de cara a los anunciantes. Ellos, ya saben qué tipo de público hay según qué programa y así, el panorama es más claro.
En su mundo, en el de los anunciantes digo, la publicidad de toda la vida, la convencional, es la más fácil, pero quizás, no la más eficaz. Por ello, se inventaron otras fórmulas, más sugerentes y seguras para llegar a nosotros, los consumidores. Una de esas fórmulas es la de la publicidad no convencional, con sus diferentes ramificaciones: esponsorización o patrocinio, barter, microprogramas, product placement, sobreimpresiones, telepromoción y televenta. Presentada y enumerada, paso a mostraros algunos ejemplos prácticos de esta tipología publicitaria.
Os pongo en situación: domingo, 6 de mayo, Antena 3, sus espacios más "formales" y... publicidad no convencional. Voy en orden cronológico. 15:50 del mediodía, Deportes fin de semana, acaba de finalizar dicho espacio pero antes de "cortar" nuestro presentador se marca un gran discurso acerca de la marca Opticalia y su 2x1 en gafas de marca. Todo ello, con la imagen del producto de fondo en las pantallas del plató. Sin duda, estamos ante una telepromoción. La relación de la marca con el espacio no es directa, pero ello no empaña los beneficios que ofrece dicha fórmula tanto para unos como para otros. Para el anunciante que su producto ya sea visto físicamente a través del presentador de los deportes. Para el programa, el no realizar un corte de emisión. Este es uno, que no el último, de los ejemplos de publicidad no convencional que vemos en esa franja de programación, la a priori más formal, menos comercial, la que engloba el periodo de noticias, de deportes y del tiempo.
Pero como acabo de decir, no iba a ser el último caso. En ese mismo día, domingo, 6 de mayo, nos movemos por la misma franja de programación (noticias, deportes, el tiempo) pero en su periodo nocturno. A las 21:45 horas, justo al finalizar el espacio Noticias fin de semana, la presentadora adelanta "y ahora los deportes" e inmediatamente después del aviso y justo antes del comienzo de Deportes fin de semana se nos cuela una careta publicitaria, de apenas unos 10 segundos, del combustible Repsol. Tras ello, créditos de cierre del programa y paso a publicidad convencional. Sin duda, estamos ante una careta de patrocinio del espacio informativo situada al final del mismo. El espacio que le seguía a continuación, Deportes fin de semana, tampoco iba a llegar e irse solo. Tanto antes de comenzar, como al finalizar el programa, se nos mostraba una careta de patrocinio de la web Trivago.
Y por último, el tiempo. Al igual que sucedió al finalizar el informativo de esa misma noche, en La previsión de las 9 contábamos con una careta de patrocinio de la marca El Corte Inglés tanto al inicio como al finalizar el programa, en ambos casos, sin previo aviso del presentador. La relación que en este caso puede guardar la marca con el espacio al que promociona, podría estar ligada al eslogan de la primera: "ya es primavera en El Corte Inglés"
Dicho lo dicho, ni los programas o espacios menos comerciales o más mundanos se libran de la publicidad. Antes y después de cada uno de ellos se nos mete una marca. En todos estos casos, existen unas ventajas comunes, que hasta ahora no he nombrado, tanto para anunciantes como para el espacio anunciado, que justifican la aparición de la publicidad no convencional en algo tan formal como un espacio informativo o meteorológico. Para los anunciantes, la ventaja de este tipo de publicidad basada en patrocinios o telepromociones, viene dada por la ubicuidad de la misma. Me explico. El hecho de que todas esas marcas sean anunciadas inmediatamente antes o después del espacio, impide en gran medida que el telespectador no vea el anuncio por el zapping, puesto que cuenta con menos tiempo para ello y además, en muchas ocasiones, el patrocinio viene sin previo aviso, de esa manera al consumidor no le da tiempo a cambiar de canal. Para el espacio la ventaja más sonada tiene un marcado carácter: el económico.
Así pues, no queda otra y quedada se quedó, la publicidad forma parte - importante - de nuestra televisión y el telespectador se debe "conformar" con el alivio de que cada vez más, esa publicidad, se le mostrará de una manera menos dolorosa o más desenfadada.