Anoche en la televisión había mucho donde elegir. Telecinco se adelantó a la huelga del jueves e intentó impedir un buen arranque del otro plato y estreno de la noche, El Número Uno en Antena 3. Al mismo tiempo, Cuatro emitió su último programa, al menos de esta temporada, del docu - reality ¿Quién quiere casarse con mi hijo? Yo me decanté por el programa de Paula Vázquez y conmigo 3.653.000 espectadores más, lo que supuso un 20,8 % de share. El Número Uno fue el programa más visto en prime time, de ahí que anteriormente dijera que Telecinco "intentó impedir" una buena salida del mismo. Pues eso, en intento quedo.
¿Qué nos ofrece El Número Uno? Ha llegado un punto en el que huir de la "telebasura "o no ver a ésta en la cima de las audiencias es una quimera. Algo imposible. Pero ayer, Antena 3 estaba de estreno y yo, a falta de algo mejor, me lance a la piscina. Hoy estoy parcialmente satisfecho por la decisión que tome. El Número Uno cuenta, desde mi punto de vista, con un gran "pro" que tapa algunos "contras". Voy de lo peor a lo mejor. Seré esquemático en la pauta, pero hoy me voy a explayar un poco más de la cuenta.
Lo peor: Para empezar, la búsqueda de lo que el programa reclama, es decir, de un número uno. Esa búqueda no es del todo limpia y de nuevo, típico de estos programas, está condicionada por "lo que vende". ¿Qué cantan todos bien? desde luego, pero estoy convencido de que muchas voces, de mayor calidad, se han quedado por el camino a cambio de que una niña de 13 años, Amaia Romero o un hombre de 72, Alberto Pestaña, entren en el programa. Ellos llaman más la atención, quizás den más audiencia pero ya el programa se ve condicionado o "manipulado". Lo mismo ha pasado con algunos concursantes, que desde ayer siguen en el programa por factores estéticos o físicos, favorables o desfavorables a ellos, pero que les condicionan para seguir adelante. Anoche, grandes voces se quedaron fuera por culpa de alguno de estos aspectos. La voz no lo es todo en un programa de voz. Una pena.
Ya es sabido, por otra parte, que el jurado de El Número Uno está formado por cantantes ya reconocidos. Algo falla cuando de entre todos los concursantes que empezaron la gala, Miguel Bosé era el padrino de un número determinado de ellos, Natalia Jiménez y Ana Torroja de otro número determinado, diferente entre si y al primero, y Bustamante, por su parte, tuviera un puñado más que los anteriores. Las formas, informales, le hacen perder rigurosidad y credibilidad al show.
Como último "contra" espero que la gala de ayer, como así se anunció, sea la primera y la última en ser emitida en diferido. De no ser así, el programa tendría que cuidar más los cortes bruscos, que anoche se dieron incluso en declaraciones del jurado.
Con todo lo que he dicho hasta ahora, el programa parecería una basura similar a lo que se emitía anoche en otras cadenas pero no, no lo es por una simple y llana razón. El contenido. Desde aquí , doy las GRACIAS a Antena 3 por meter en su programación algo difícil de encontrar. GRACIAS por volver a apostar por un concurso musical, algo que faltaba en la televisión hoy día. GRACIAS por un concurso musical que, muy lejos de contar con la calidad, en todos los sentidos, de Operación Triunfo 1, huye de todo morbo de los OT de Telecinco, los "Gran Hermano con micrófono", donde la convivencia estaba exenta de la inocencia y pureza propia de la primera edición del mismo programa. Antena 3 vuelve a la apuesta por el talento y lo hace dejando su programa en show y solo en eso, en show. Por suerte, al menos por ahora, El Número Uno es un programa de talento, no un reality. Sus participantes solo conviven juntos en el plató durante las galas.
Al final del programa alguien ganará 100.000 euros y lo hará gracias a su talento o a su voz , como factores principales y eso es algo de agradecer.
Así pues, anoche El Número Uno superó a todo lo demás. Fue el uno. Qué alivio. Quizás el tiempo haga de este programa algo puramente morboso y no talentoso pero hoy por hoy, aunque tenga algo de lo primero, lo segundo es la materia prima. Mucha suerte y bienvenidos a los orígenes de la televisión.
Fuentes: formulatv
Como último "contra" espero que la gala de ayer, como así se anunció, sea la primera y la última en ser emitida en diferido. De no ser así, el programa tendría que cuidar más los cortes bruscos, que anoche se dieron incluso en declaraciones del jurado.
Con todo lo que he dicho hasta ahora, el programa parecería una basura similar a lo que se emitía anoche en otras cadenas pero no, no lo es por una simple y llana razón. El contenido. Desde aquí , doy las GRACIAS a Antena 3 por meter en su programación algo difícil de encontrar. GRACIAS por volver a apostar por un concurso musical, algo que faltaba en la televisión hoy día. GRACIAS por un concurso musical que, muy lejos de contar con la calidad, en todos los sentidos, de Operación Triunfo 1, huye de todo morbo de los OT de Telecinco, los "Gran Hermano con micrófono", donde la convivencia estaba exenta de la inocencia y pureza propia de la primera edición del mismo programa. Antena 3 vuelve a la apuesta por el talento y lo hace dejando su programa en show y solo en eso, en show. Por suerte, al menos por ahora, El Número Uno es un programa de talento, no un reality. Sus participantes solo conviven juntos en el plató durante las galas.
Al final del programa alguien ganará 100.000 euros y lo hará gracias a su talento o a su voz , como factores principales y eso es algo de agradecer.
Así pues, anoche El Número Uno superó a todo lo demás. Fue el uno. Qué alivio. Quizás el tiempo haga de este programa algo puramente morboso y no talentoso pero hoy por hoy, aunque tenga algo de lo primero, lo segundo es la materia prima. Mucha suerte y bienvenidos a los orígenes de la televisión.
Fuentes: formulatv
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