Definitivamente no hay nada que hacer. Hace ya algunas semanas escribí acerca de mi regreso a la fatal realidad. El estreno de Los Protegidos el 8 de marzo llevo a Gran Hermano, por aquel entonces en jueves, a mínimos de audiencia. Me alegré y apenas dos semanas después, el programa de Telecinco se la devolvió y bien devuelta a la ficción española.
El lunes 26 de marzo, se estrenó en Antena 3 El Número Uno. Telecinco, con motivo de la huelga general, colocó esa misma semana a su mejor jugador, Gran Hermano, también en lunes. Probablemente, a la huelga habría que sumar la idea de menguar todo lo posible, al programa que esa noche estrenaba la cadena del Grupo Planeta. Sea como fuere, El Número Uno se cenó esa noche al programa de Mercedes Milá. 20,8% para Antena 3, 17,7% para el reality. Y entonces volvió a mí esa sensación placentera de que quizás lo que Los Protegidos no logró, sí lo hiciera el nuevo concurso de Antena 3.
¿Cambiaría la dinámica del consumo televisivo en nuestro país?
A la semana siguiente, Telecinco volvió a emitir la gala de su reality en lunes. La guerra estaba servida. El 2 de abril, segunda batalla entre el programa de Paula Vázquez y el de Mercedes Milá. Y de nuevo, Antena 3 salió vencedora, pero esta vez los porcentajes de share eran más parejos: 19,8% por 18%. Aún así, mi idea de que un concurso de talentos superara al reality de Telecinco seguía ilusionándome.
El lunes 9 de abril era el día de la confirmación. El punto de inflexión. Si a la tercera semana, el programa de Antena 3 se mantenía líder a pesar del ajustado resultado de la semana anterior, podríamos tener un ganador de la particular batalla. ¿Resultado? Batacazo. Otra vez vuelta a mi particular fatal realidad. A la tercera fue la vencida para Mercedes Milá. Gran Hermano lideró la noche del lunes 9 de abril con un 19,6% de share por 18,1% de El Número Uno. Las aguas volvieron a su cauce. Pero para rematar la faena, el lunes de esta misma semana es decir, el 16 de abril, Gran Hermano no solo volvió a ganar sino que además amplió su ventaja con respecto al concurso de talentos: 20,8% por un 17% de su perseguidor.
Visto lo visto y cumplido el primer mes de El Número Uno en antena, los gustos o el posicionamiento del consumidor televisivo en nuestro país está marcado. Esta vez los pájaros se tiraron a las escopetas. Gran Hermano se fue a por el lunes en todo el mes, cuando realmente solo estaba justificado, por la huelga, que lo hiciera la primera semana. Y le salió bien. Soy el primero en criticar y aborrecer la programación de Telecinco, pero tampoco soy ciego al ver sus resultados de audiencia. Con todo, no compro ese modelo televisivo y menos voy a dejar de apostar por unos programas que, quién sabe, algún día puedan cambiar mi fatal realidad. Dejemos pues pasar las semanas y esperemos a que El Número Uno entre en su fase final, quizás ahí se igualen de nuevo las fuerzas. Por lo pronto, otra vez la misma historia.
Estoy de acuerdo contigo Rober, es muy triste que programas como Gran Hermano se lleven los grandes número de audiencia, pero es lo que vende y es lo que se ve. ¿Porqué? Pues no lo sé, es algo que se me escapa, pero también creo que la gente está cansada de concursos de cantar sin más. Tu cara me suena, por ejemplo, era algo más que cantar, era un show, y era para todos. Y barrió. Quizás es el momento de pararse a pensar que la audiencia pide algo más. Y mientras no se lo den seguirán poniendo Gran Hermano.
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