La filosofía de la cadena es
el conjunto de coordenadas que la empresa de comunicación ofrece. El caso de Antena3 está muy a la orden del día ya
que recientemente han lanzado una nueva campaña, Menos sillón y más sofá, en la que proponen un modelo de televisión
para ser consumido de forma colectiva y no individualmente. Con esto, Antena3 ofrece una serie de contenidos
con los que pretende generar confianza tanto en el espectador como en el
anunciante.
El Hormiguero me pareció un claro ejemplo representativo de esto. Se trata de un
programa de variedades en el que el claro público objetivo es el familiar y
está programado para emitirlo todos los días (de lunes a viernes) a la misma
hora para así fidelizar a la audiencia. Esto es, se hace un claro uso de El Hormiguero como programación
horizontal (stripping): todos sabemos
que antes del programa estrella de la noche de Antena3 vamos a ver a Pablo Motos con sus colaboradores y sus
variadas estrellas invitadas.
La cadena usa este programa
como lead-in, es decir, como programa
de acceso para unir a los máximos espectadores posibles en el programa que les
sucede. Además en Antena3 muchas
veces son series las que siguen después del programa de Pablo Motos y esta
temporada ha sido utilizado de acceso para las nuevas series como Luna, el misterio de Calenda y Con el culo al aire.
También cabe incluir que
aprovechando el éxito de sus series, como por ejemplo Con el culo al aire, hacen programación de bajo coste. Esto lo
hacen reponiendo capítulos después de la emisión del episodio estrenado. Al
tratarse de una franja muy débil (late
night) pasan de una oferta armónica y diferencial a una oferta repetida, ya
que en este período ocurre un descenso de la audiencia en el que no merece la
pena gastar contenidos nuevos para que no los vea casi nadie.
Está claro que Antena3 se está esforzando con su nuevo
cambio de imagen, por lo que espero que poco a poco se les de bien y consigan
hacer una televisión para todos pensando en todos los espectadores y renovando
su compromiso: no hacer llamadas a la programación morbosa (la rosa) y sí a la
de calidad, cosa que llevamos años esperando que pase en la tele y, vaticino, que
aún nos queda por esperar.
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